domingo, 6 de noviembre de 2011

Autores

Guión: JOSUÉ FAJARDO
Hola a tod@s, mi nombre es Josué Fajardo y colaboro con Kike en la elaboración del cómic “El Incidente de MooseCreek”, en el papel de guionista.
Bueno, si debo contar algo sobre mí es que soy un gran fan del cine de terror americano de dudosa reputación. Me gusta, desde el simplón y previsible terror juvenil, donde un grupo de chicos y chicas se van de acampada a algún bosque alejado de la mano de Dios para ser atacados por algún tipo de criatura, hombre desfigurado y/o psicópata (o familia de psicópatas); hasta el terror de quizás más calidad: “28 días después”, “The Crazies”,  “El exorcista” y gran parte del cine de terror de los años setenta. Me dejo la inmensa mayoría en el tintero.
Como veréis no es Fellini o Jean Luc Godard, pero es que creo que ese cine tiene algo muy valioso que aportar. Quizás sea su ambientación, personajes típicos o su argumento previsible, quien sabe, lo que sé es que cada una de ellas posee ese ápice de “algo”, que si reuniéramos los de todas en una sola película el resultado sería bestial.
Siento predilección por el género zombie y, el que me gusta puntualizar, género infectado. Hago hincapié en ello porque algunos directores se empeñan en hacer un “baturrillo” con características de ambos aunque se trate de dos géneros distintos con cualidades propias. Si  Zack Snyder, hablo de ti. 
Mi afición por éste género me viene de mi infancia-adolescencia, cuando la PlayStation era la consola por excelencia y  Resident Evil I y II los grandes y únicos juegos realmente de zombies. Si, si, el ÚNICO juego basado en zombies. No había un Left4Dead, un Dead Island, un Call of Duty con muertos vivientes, etc, etc, etc; sólo uno y brillante juego protagonizado por “cadáveres vivientes” (¿comprendéis el significado de esas dos palabras, y el concepto que representan juntas? Pues Zack Snyder no.). Aquellos gemidos aún siguen angustiándome en la oscuridad.
La literatura de terror también tiene su gran parte de culpa en esta obsesión por el terror. ¿Recordáis las novelas infantiles de terror “Pesadillas” de R.L.Stine? Seguro que sí porque tuvo incluso una serie de televisión con el mismo nombre. Pues yo fui uno de aquellos niños que se morían de ganas esperando la siguiente entrega. Qué tiempos aquellos… Pero dejo esta vez la literatura de dudosa reputación, para rendir los honores pertinentes al maestro por méritos propios de este género, Stephen King. Ese ser tan extraño (¡es verdad!) con una mente más extraña aún que ha conseguido que algunos nos de miedo casi todo.
Me despido pidiendo un único deseo: el de salvar el cine cutre o de serie B que tantos clásicos nos ha reportado, y que aunque cutres (porque lo son, hay que admitirlo) son geniales. Sin olvidar la literatura barata de terror o ciencia ficción que ha enriquecido tan maravillosamente la imaginación de millones de niños durante décadas mientras, en plena noche, leían un cómic o una novela bajo las sábanas a la luz de una linterna. 

Dibujo: KIKE ALAPONT

¡Hola! soy Kike y desde que tengo uso de razón he sostenido un lápiz en la mano con el que me he imaginado mil y un bichos y aventuras. Desde mis comienzos dibujando patatas con ojos e ido llenando papeles en blanco con monstruos, guerreros, demonios, vampiros y como no, zombis. Mi pasión por el cine de terror también empezó de manera temprana porque a mi madre le gustaban este tipo de películas. Desde Drácula, pasando por Jason de Viernes 13 a Michael Myers me he ido nutriendo de este tipo de personajes y sus historias. En el campo de la literatura me he vuelto loco leyendo al gran Stephen King asi como la cantidad de libros de zombis que han estado publicando estos últimos años. Ahora, en "El Incidente de Moosecreek" estamos fusionando el dibujo con el terror, por lo que no puedo pedir más :)

No hay comentarios:

Publicar un comentario